En un mundo donde el cambio climático, la presencia del COVID y el inicio de las clases se combinan para aumentar el número de consultas médicas, la importancia de la función y el refuerzo del sistema inmune se hace más evidente que nunca. Nuestro sistema inmune, esa barrera defensiva que es única en cada individuo, ofrece respuestas personalizadas frente a cada estímulo patológico. Abarcando tanto el sistema inmune innato o natural como el adaptativo o adquirido, su fortalecimiento se presenta como una estrategia crucial para nuestra salud.
Importancia de la nutrición en la salud inmunológica
La nutrición juega un papel fundamental en este aspecto. Una buena alimentación debería ser suficiente para garantizar el consumo adecuado de vitaminas. Sin embargo, las demandas crecientes de la vida moderna han hecho que el apoyo mediante suplementos vitamínicos sea prácticamente indispensable para mantener un ritmo de vida saludable. Entre estos, la vitamina C y la familia de vitaminas B, con sus siete componentes, destacan por su capacidad para sinérgicamente reforzar la inmunidad de los pacientes en ambos sistemas inmunitarios.
Bienestar integral para una salud óptima
Más allá de la alimentación y los suplementos, existe una conexión demostrada entre el sistema inmune y el sistema nervioso, resaltando cómo el estado de ánimo de cada persona influye directamente en su salud. Por tanto, para mantener y potenciar nuestra salud, es esencial adoptar un estilo de vida que favorezca el bienestar integral:
- Mantenerse activo y evitar el sedentarismo.
- Fomentar una alimentación balanceada.
- Incluir regularmente actividad física en nuestra rutina.
- Evitar el consumo de tabaco y el exceso de alcohol.
- Alejarse de la “comida chatarra” y optar por opciones más nutritivas.