El zinc es un nutriente esencial para la salud. A comienzos de la década de 1930, estudios en animales mostraron la importancia del zinc en el crecimiento y la supervivencia de los animales. En 1961, se reconoció la importancia de la deficiencia de zinc en humanos. Ahora se sabe que más de 100 enzimas necesitan zinc para funcionar. A diferencia de otros elementos, se pueden encontrar ejemplos de enzimas que requieren zinc en las seis clases principales de enzimas (oxidorreductasas, transferasas, hidrolasas, liasas, isomerasas y ligasas). Por ende, el zinc participa en una gama de procesos bioquímicos relacionados con el metabolismo humano. Múltiples funciones fisiológicas y metabólicas se ven alteradas cuando ocurre su deficiencia.
Fuentes naturales de zinc
Está presente en muchos alimentos, tales como:
- Ostras
- Carne
- Pescado
- Aves
- Mariscos (como cangrejos y langostas)
- Cereales
También recordemos que existen alimentos fortificados, tales como:
- Cereales integrales
- Huevos
- Lácteos
Situaciones de riesgo de deficiencia de zinc
Su déficit se da sobre todo en pacientes que tienen una nutrición parenteral mal adecuada, en pacientes con pérdida de líquidos gastrointestinales o pacientes con diálisis crónica, y pacientes gran quemados con disfunciones renales.
Suplementos dietéticos y recomendaciones
En la actualidad existen varios suplementos dietéticos que contienen vitaminas y minerales, pueden contener solo zinc o combinaciones con calcio y magnesio. Se pueden consumir diariamente junto con los alimentos para potenciar su absorción.
Es fundamental adoptar un enfoque consciente hacia nuestra nutrición, asegurándonos de incluir fuentes ricas en zinc para satisfacer las necesidades diarias de nuestro cuerpo. Además, para aquellos en situaciones especiales de salud que pueden llevar a una deficiencia de zinc.